Son muchos los hombres que acuden a una consulta por quejarse del tamaño de su miembro viril, ya que manifiestan que es muy pequeño. Estos hombres se angustian, y hasta evitan cualquier contacto sexual con una mujer por pensar que ellas se van a reír de ellos. Algunos de ellos viven por mucho tiempo deprimidos, quizás toda la vida. De aquí nace lo que se conoce como Síndrome del Pene Pequeño, personas con pene de tamaño estándar desde un punto de vista estadístico, pero se autoperciben que lo tienen muy chico.
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ToggleEsta insatisfacción del tamaño del pene toma mayor auge con la revolución sexual, a la par con el gran desarrollo de los medios informativos, originó excesos en las notas y reseñas, que aún permanecen, y en las que no han faltado falsas explicaciones, ideas erróneas y equivocaciones sobre este asunto. Se comenzó a vender erróneamente la idea que un buen amante lo hace el tamaño de su miembro viril, situación que enfermó y sigue enfermando a mucha gente.
Ahora bien, un hombre puede pensar que su pene es pequeño porque: (a) en un baño común se comparó con uno o varios usuarios; (b) al observar videos pornográficos llegó a esta conclusión, sin saber que los superdotados son seleccionados para actuar en ellos, y por técnicas de cámaras, los penes exhibidos en tales filmes lucen inmensos; (c) su pareja se lo hizo dijo, ya que ésta lo comparó con su pareja anterior; (d) Llegó a esta conclusión por sí mismo; (e) en alguna fuente de información leyó sobre las medidas y, al querer corroborar las propias, dedujo que estaba por debajo de los promedios.
Esta apreciación muy personal –Síndrome del Fantasma– puede presentarse como resultado de las propias fantasías negativas. En otros casos se trata de individuos vulnerables. Vale la pena señalar que, cuando las parejas de estos hombres formulan tales comparaciones, se convierten en causa de pérdida de imagen genital y sexual, incapacidad para el cortejo, disfunción eréctil y temor de desempeño sexual en individuos sugestionables y de baja autoestima. Por otra parte, hay que destacar que individuos con penes relativamente pequeños nunca se han dado cuenta de ello y su pareja tampoco se lo ha expresado.
La mayoría de los estudios hacen referencia a valores promedios al medir los penes 8.8 cms en flacidez, y 13.0 cms en erección +/- 2 centimetros (11 cms a 15 cms). Los métodos para medirlo requieren de destreza y entrenamiento adecuado, además de la identificación de algunos puntos anatómicos referenciales.
Es necesario mencionar una afección extraordinariamente rara llamada Micropene. Se presenta en niños que nacen con el pene demasiado pequeño debido a una malformación congénita causada por una inadecuada estimulación del órgano por las hormonas sexuales masculinas.
En hombres obesos se forma una almohadilla grasa sobre el pubis que hace que se oculte parte del pene por debajo de dicho tejido graso e impresiona que se haya reducido de tamaño. Esto obedece a lo que se denomina Pene Sumergido.
Uno de los aspectos de la respuesta sexual femenina que la mayoría de los hombres desconoce es que los 3 – 4 cms más externos y accesibles de la vagina son los más sensibles, justo donde se ubica el famoso punto G. Las paredes vaginales se congestionan más, formándose lo que se conoce como Plataforma Orgásmica. Además, es en ese pequeño segmento en el que se sienten las contracciones espasmódicas durante el orgasmo femenino que agradan tanto al hombre como a la mujer. A esto se agrega el hecho de que el segmento más interno y profundo de la vagina es muy poco sensible, lo que hace menos valedera esta creencia. Si esto es así, es decir, el punto de mayor sensibilidad intravaginal está a escasos 3 o 4 cms, ¿Por qué pensar en querer tener un miembro viril muy grande? Por razonamiento lógico, uno mayor de 5 cms haría lo mismo de uno de 15 cms.
Los tratamientos quirúrgicos para lograr el alargamiento del pene, además de la eliminación de la almohadilla de grasa, consisten en la sección del ligamento suspensor del pene, que lo mantiene fijo. Este es costoso, no aumenta más de 2 cms y el pene pierde su fijación (por lo que apuntaría hacia delante y abajo y oscilaría de un lado a otro). El resto de lo que se ofrece hasta ahora no es convincente, carece de evidencia científica.
Un hombre con un pene de tamaño standard, que haya desarrollado un repertorio erótico rico en maniobras de cortejo, seducción, sensualidad y habilidades cóitales puede ser muy satisfactorio, incluso más que aquellos que tengan un mimbro viril de mayor tamaño, por eso hay algo de cierto que “no importa el tamaño de la herramienta sino la habilidad que tenga el mecánico”
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