Sabemos que en la eyaculación precoz (E.P) el sujeto aprecia como muy rápido el tiempo desde que hace la penetración coital hasta que eyacula, generando insatisfacción, inseguridad, preocupación, y en ocasiones problemas de pareja. Otros tienen tendencia a la evitación del encuentro sexual.
Quien presenta este problema es afectado emocionalmente, y existen algunas características que definen su personalidad. Dichas características aplican para la mayoría de los casos, aunque ciertamente existen cualidades que no están presentes al principio del problema, y con el pasar del tiempo del padecimiento, se le van sumando. Pero en líneas generales en el desempeño profesional hemos observado lo siguiente:
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ToggleHombres que por lo general son muy ansiosos, con tendencia a preocuparse enormemente por todas las situaciones de su vida, es decir, el valor dado hacia las situaciones reales es exagerado e irracional.
En la mayoría de los casos, el acelerado ritmo en que llevan su vida es frecuente y notable. Están acostumbrados a realizar la mayoría de sus actividades de su vida de forma rápida o acelerada: comer, bañarse, caminar, realizar las tareas del trabajo, entre otras. Muchos de ellos suelen decir que es el estrés que los enferma.
Algunos tienen rasgos obsesivos, controladores y rutinarios, situación que les alimenta el problema de la eyaculación rápida.
Hay quienes eyaculan rápidamente antes, durante o después de la penetración. Quienes eyaculan antes de la penetración (eyaculación rápida severa) tienden a deprimirse de forma más rápida.
El eyaculador rápido asume que su problema le genera un problema mayor (la incapacidad de darle placer a su pareja). Hay quienes se obsesionan con la idea que no pueden producirle un orgasmo a su pareja.
Su objetivo erótico fundamental (por encima de su problema) es la obtención del logro del orgasmo de su pareja.
Anticipa su fracaso eyaculatorio antes de tener el encuentro sexual, es decir, antes de tener los encuentros sexuales o durante el mismo, le vienen los pensamientos automáticos que va a eyacular rápidamente otra vez, situación que realmente sucede.
Se auto-examina y auto-observa durante el encuentro sexual, es decir, su pensamiento ansioso durante el encuentro sexual solo está puesto en el tiempo que va a durar en ese coito.
En algunos casos, sobre todo los crónicos hay tendencia a la disminución del deseo sexual tanto en él, como en su pareja, ya que la insatisfacción sexual les desmotiva a los encuentros sexuales.
En otros casos si existe el deseo sexual, pero ellos evitan tener la relación sexual por aquello de “no quedar mal otra vez”.
Hay quienes padecen de eyaculación rápida y con el tiempo se les agrega otro problema que ellos consideran mayor: la pérdida de las erecciones.
Algunos casos en donde los encuentros sexuales con sus parejas son casuales y han sido considerados por ellos como muy “vergonzantes”, tienden a no buscar más a esa pareja, y les genera inseguridad a la hora de cortejar a otra persona que les parezca atractiva.
En casos más severos y radicales hay quienes deciden no tener más parejas hasta tanto no hayan resuelto el problema.
Si la pareja es muy demandante, la afectación emocional es mayor, y por ende, la ansiedad del eyaculador rápido aumenta cada día y con ella el problema se agudiza.
La insatisfacción puede generar con el pasar del tiempo discordias, conflictos, desavenencias, separaciones y rupturas maritales.
Existen casos que la autoestima del hombre esta tan afectada que desarrollan celos hacia la pareja. En otros casos, ellos tienden a separarse de la pareja por considerar que ellos “no le generan la felicidad que se merecen”.
El hombre con eyaculación rápida termina con un sentimiento de culpabilidad porque cree no poder realizar la penetración vaginal en un tiempo prudencial que supone que debe hacerlo por su condición de hombre.
Algunos han intentado métodos inútiles como: pensar en cosas distractoras, masturbarse antes de tener la relación sexual, tomar bebidas alcohólicas, usar anestésicos locales, entre otros.
La mitad de ellos acuden a buscar ayuda especializada luego de un largo periodo de fracasos. Otros buscan ayuda después de varios años con el problema. No todos acuden al profesional adecuado, haciendo que su camino sea menos esperanzador por diagnósticos y tratamientos erróneos, como por ejemplo el uso de inyecciones intracavernosas, un método que nunca ha sido aprobado en ningún país del mundo por ninguna sociedad científica.
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